Cinco secretos para entender los límites del juego

Los límites que le damos a nuestras pasiones pueden definirnos como seres humanos. Esa relación entre el placer y el dolor nos hace los hombres que somos y le dice a nuestro entorno social con quien está tratando, por eso, a continuación te presentaré una serie de secretos muy útiles para que tu relación con el azar no desequilibre tu vida.

Puede sonar como un consejo de mamá, pero no está ni cerca de serlo, tampoco es una síntesis de algo que habría podido escribir Coehlo o alguno de esos gurús de la superación personal, se trata más bien de una pequeña guía práctica que de jugador a jugador, puede llegar a salvarte en un momento de necesidad o angustia.

Antes de sentarte a apostar, define un límite

No siempre vamos a ganar, es mejor que lo tengas claro desde el principio, por esa razón, antes de empezar a apostar, es imperativo que nos planteemos un límite, tanto de ganancias como de perdidas que nos diga cuándo abandonar la mesa. La razón de esto es sencilla, ninguna buena racha dura para siempre y es bueno marcharse como ganador y las malas rachas suelen ser lo suficientemente largas para dejarnos los bolsillos vacíos.

Nuestros límites pueden ser de dos tipos, bien podemos ceñirnos a cierta cantidad semanal en apuestas, es decir, tener un presupuesto, o a cierta cantidad de tiempo a lo largo de la semana, tener un horario fijo de juego. Una o dos horas, dependiendo de nuestra disponibilidad.

Nadie viene al casino a hacerse rico

Suena como una obviedad, pero la razón principal del juego es el juego en sí mismo, las ganancias son secundarias, si entiendes esto no solamente vas a disfrutarlo mucho más, sino que te evitarás la ansiedad y la angustia que te pueden llegar a provocar las perdidas. La casa suele ganar, sólo un 30% de los jugadores derrota al casino, ¿de dónde crees que sale el presupuesto para pagarle a las hermosas croupieres?

No consumas licor si vas a apostar

Todo mundo te dice que no debes conducir tu automóvil después de haber bebido, pero nadie te dice que no entres a un casino o que no prendas la computadora e ingreses tus datos bancarios. Apostar es un juego en el que no sólo puedes poner en riesgo tu estabilidad financiera, sino también la de tu familia, así que no tomes licor antes de apostar.

El juego nunca será una prioridad

Bien se trate de un casino real o de una página de apuestas, la vida real, es decir, esa que vives junto a tus seres queridos debe siempre tener prioridad sobre el juego. Ninguna promoción o bono debe estar nunca sobre una cena con nuestra madre o la mujer con la que compartimos la cama todas las noches.

Diviértete siempre

Apostar es un placer, si el juego te está causando más angustia que placer, quizás sea hora de que revalúes tu relación con las apuestas. Ten en cuenta que la razón por la que pones unos euros en riesgo es simplemente retar a la fortuna, no enriquecerte, con esto en mente, el juego no debería representar un motivo de preocupaciones.